El gran desafío de dormir parece ser cada vez más difícil de alcanzar. Factores como el estrés, el ritmo de vida y los malos hábitos, que incluyen el uso de la tecnología en el dormitorio, nos afectan de manera significativa. Pero si a ello, le sumamos los ronquidos y las vueltas de la pareja en la cama, la ansiedad podría dispararse manteniendo nuestra mente activa, dejándonos en vela por el resto de la noche.
Claro, el “mal dormir” no solo perturba el descanso, sino que también tiene repercusiones negativas en la salud, incluyendo el sistema inmune, cardiovascular, metabólico, muscular y nervioso.
En nuestra cultura occidental, compartir la cama se considera un símbolo de compromiso y de intimidad en una relación de pareja. Sin embargo, los problemas de incompatibilidad al dormir podrían debilitar esa relación. Por eso, la solución del «divorcio del sueño» es defendida por muchos, como una forma de garantizar un descanso de calidad. Los expertos en alteraciones del sueño sugieren que las parejas encuentren momentos para mostrar afecto y tener relaciones fuera del dormitorio. Dormir juntos puede ser hermoso, pero cuando la realidad no se ajusta a esa imagen ideal, dormir separados sería una solución más práctica.
Un estudio llamado Sleep and Partners Research 2023, llevado a cabo por The Better Sleep Council, señala que, aunque la mayoría de las parejas que comparten una vida juntos afirman dormir mejor en compañía, un cuarto de ellas asegura que el sueño es mejor cuando están solas. Dormir bien implica cantidad, calidad y regularidad, según señala el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento. Y ese sueño debe ser lo menos interrumpido posible para que sea descansado y restaurativo.
Entonces, ¿podemos plantearnos la opción de dormir separados? Dialogar con la pareja y acordar condiciones particulares, podría mejorar la relación y claro está, nuestra salud. Mientras tú decides y nos cuentas que prefieres, te deseamos, de todo corazón, ¡felices sueños!