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“El Arte de Dormir: Estrategias para Despedir la Ansiedad Nocturna”

Enfrentar la ansiedad nocturna puede ser como intentar atrapar una sombra; cuanto más la persigues, más se aleja. El insomnio, a menudo, no cede ante la determinación o la tenacidad. Es un fenómeno que se intensifica bajo la presión de rendir bien, especialmente cuando sentimos que hay mucho en juego, y no requiere de una audiencia para desencadenar la ansiedad.
El sueño y la ansiedad son polos opuestos; la ansiedad despierta una activación fisiológica, cognitiva, conductual y emocional que es contraria a la tranquilidad necesaria para dormir. Esta preocupación por el descanso puede convertirse en un ciclo vicioso: cuanto más nos esforzamos por dormir, más inalcanzable parece, aumentando nuestra desesperación y, con ella, nuestra excitación. No es raro que surjan sentimientos de frustración, desesperanza, autoculpa y fracaso, emociones que nos alejan del sosiego requerido para un buen descanso.
Existe una paradoja en la búsqueda del sueño: alcanzamos la meta cuando dejamos de intentarlo directamente. Si bien es esencial establecer rutinas saludables para propiciar el sueño, el acto final de dormir debe ser dejado en manos de nuestro propio organismo. Como aconsejaba el sabio Lao Tse, “realiza tu labor y luego suéltala; es en el acto de soltar donde reside la permanencia”.
Observemos a los cachorros y bebés: carecen de la capacidad de conceptualizar el sueño y, sin embargo, este les sobreviene sin esfuerzo. Del mismo modo, no podemos forzar el sueño más de lo que podemos forzar la sed. Es hora de liberarnos de la carga de inducir el sueño y confiar en que nuestro cuerpo realizará su función naturalmente.
Como especialista en psicología del sueño, guío a mis pacientes a través de diversas técnicas para mitigar la ansiedad. Reducir la ansiedad no garantiza el sueño, pero sí evita que lo repelamos. En el peor de los casos, al menos sufrimos menos; en el mejor, encontramos el descanso deseado. Estas estrategias no reemplazan un tratamiento médico personalizado, pero pueden ser un complemento valioso.
Tomemos un ejemplo de la psicología deportiva: si estuvieras a punto de realizar el tiro decisivo en un concurso de baloncesto, lo ideal sería concentrarte en el proceso bien ensayado de lanzar la pelota, en lugar de obsesionarte con el resultado o lo que está en juego. De manera similar, al buscar el sueño, enfócate en cualquier práctica que te relaje y libere de preocupaciones, sin el objetivo explícito de dormir. Este enfoque puede crear asociaciones positivas entre la cama y la tranquilidad.
Fuente:800noticias